Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.
Y quedarán guardados uno a uno esos escritos que me dio generosamente el viento o la hoja para ser guardados aquí y no olvidarles. Para luego poder recordarlos como lo que fueron: un fragmento del día en que el tiempo cesó su marcha y en mi todo comenzó otra vez, como una verdad o un designio, como un satori, eso es lo que atesoro.
1 comentario:
ja!
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