miércoles, 25 de julio de 2007

El fútil y rabioso retorno eterno



















No quiero esas palabras nuevamente,
esas letras manoseadas
dadas antes que a mi
con mayor intensión,
con mayor ahínco,
con mayor sentido.

No quiero sentir que no formo parte
de nada de lo que hay en la nada
sentirme como un muñeco,
que con una pasión sobrehumana
puede auto-destruirse violentamente
con tal de no ser una copia
un rabioso retorno
de algo que se cree olvidado
pero que nunca lo será.

No quiero escucharte jamás decir eso
No quiero que me trates más de esa forma
Quiero dejar mis miserias a un lado
y que esta vez me dejes sola
Sola, sola, sola
como tantas veces te lo he pedido
y como tantas veces no has escuchado.

Esta vez déjame estar sola
no hay otro invitado que yo al encuentro
al satánico encuentro de mi derrumbe
con mi tierra, con mi barro,
con mi polvo, con mis piedras,
con mis heridas, con mi sangre.

Con o sin ti
mi fin se acerca

lo huelo
y lo merezco
me lo debo
me debo finalizar

El miedo consume mi ser
quema mi espalda
arde en mis pasos
enfría mis manos
coarta mis ilusiones.

¡Malditas ilusiones!
¡Cómo las odio hoy!

Se han reído de mi repetidas veces
insisto,
el retorno,
ese fútil y rabioso retorno
no es mi gran amigo
pero me persigue hasta el cansancio.

Ya no sé donde voy
ya no sé que puedo afirmar derechamente
sin vislumbrar su caída
antes de su concepción.

Despídeme
Mueve tu mano en señal de un adiós
Tírame, agítame, sacrifícame
que no puedo hacerlo por mi misma.

Por hoy está todo decidido
el pacto ya fue pactado
ninguna duda cabe
hoy sobro
y todo me falta.




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