Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.
Y quedarán guardados uno a uno esos escritos que me dio generosamente el viento o la hoja para ser guardados aquí y no olvidarles. Para luego poder recordarlos como lo que fueron: un fragmento del día en que el tiempo cesó su marcha y en mi todo comenzó otra vez, como una verdad o un designio, como un satori, eso es lo que atesoro.
2 comentarios:
Uf... qué fuerte... tiene toda la razón.
y es como que te quiten algo de ti
algo que no sabes donde y cómo se llama.
sin embargo, si volvemos a creer.
eso no te lo puede quitar nadie.
tequiero, te lo digo con una sola palabra.
:)
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